
Hoy es el Día Internacional de “Salir del Closet” (o Día Internacional de la visibilidad LGBT+). Acá va mi historia…
A los 12 años estuve por primera vez con un chico, algunos saben la historia, otros no (y no la voy a contar ahora). Luego de que mi mamá nos descubriera, nuestros caminos se separaron por un largo, largo tiempo. Sentí entonces la necesidad de buscar a alguien, un varón, que, secretamente, lo reemplace. En ese momento yo no conocía el gran abanico de orientaciones sexuales que existen.
Hacía poco tiempo se había aprobado la Ley de Educación Sexual Integral y su enseñanza no era tan efectiva como hoy, sumandole que la información que teniamos entre el 2009 y 2015, mas o menos, era un poco limitada, a diferencia de hoy, donde las redes están inundadas de información y un chico de 16 años sabe diferenciar entre hetero, hetero curioso, bisexual, gay, trans, etc. (ponele)
Me tomó entre 4 y 6 años poder, primero, descubrir lo que sentía, que me gustaba, que quería, pero mucho más tiempo me tomó poder expresarlo libremente. Creo que recién a los 22 años, en 2019, pude soltarme y ser quién yo quería, realmente, ser. Es hasta el día de hoy que estoy dudando entre si soy bisexual o pansexual.
Ese viaje de autopercibirme libremente, como quiero y siento, lo hice solo los primeros años. Luego, le fui contando a amigos, a conocidos, familiares. Hasta que un 26 de diciembre de 2015, luego de haber finalizado la primera temporada de Random, mi programa de radio, me senté y les conté a mis viejos. Creo que esa es la fecha en que, realmente, “salí del closet”.
De mi viaje salen varios resultados o afirmaciones:
- que soy un varón, pero que no me percibo cis, porque a diferencia de un hombre cis heterosexual, siento que no tenemos ni tuvimos la misma forma de ver la vida y vivirla, que mis sentimientos no son los mismos;
- que soy bisexual, rozando a veces con la pansexualidad, porque a veces intento salir de ese binarismo entre hombre y mujer, a veces me han gustado personas trans o travestis; que mi alter ego drag, La Barri es parte de mi forma de mostrar mi expresión de género, esa que en la cotidianidad no puedo mostrar, pero que a la vez no me incomoda vestir como la heteronorma manda;
- y que todas mis experiencias sexuales y afectivas me han formado poco a poco, al punto de hoy poder tener un tacto y un trato hacia las personas que más quiero, sobre todo para que no se lastimen ni las lastimen, porque dentro de lo que soy, siento que hay en mí parte de la empatía o el saber que a otra persona le pasa algo que es propio de una madre.
A vos, que aún estás en un viaje de autodescubrimiento o tal vez pensas que no, nunca es tarde. Muchas personas eligieron ser felices, ser quiénes toda su vida ha querido ser, cuando eso que los reprimía no existía más. Acá tenes un oído que te va escuchar, una voz que te va aconsejar, un hombro en el que podes llorar, unos brazos que no te soltarán jamas y un corazón que siempre te brindará el amor que te han negado.
Y para terminar…
Sí no puedes amarte a ti mismo, ¿cómo mierda puedes amar a alguien más?