Como decía Perón, "al amigo todo, el enemigo ni justicia", y verdaderamente, Meném fue enemigo del justicialismo.



Mientras continúa el debate por la Ley Ómnibus, diputados y militantes de La Libertad Avanza acusan a nuestro movimiento de haber privatizado las empresas públicas en los 90, negando una historia que es evidente.

No podemos ni debemos negar la existencia de un peronismo de derecha, como el representado en Meném, quién traicionó a sus votantes y al Pueblo, prostituyendo al justicialismo, al radicalismo y a la politica toda; y un peronismo de izquierda, como el de Néstor Kirchner, que realmente le devolvió, a mucho que fueron pibes a mediados del 2000, la confianza en la política como herramienta de transformación de realidad y del conjunto, que reparó la trágica historia de la etapa más oscura de nuestro país, haciendo de los derechos humanos, de la memoria, la verdad y la justicia una política de Estado.

Meném fue un títere del poder económico, del FMI y de Washington, de George Bush Padre, de Benneton y de todos los que compraron nuestro país, mientras lo remataban, de la misma manera que hoy plantean hacerlo. Vendió nuestra soberanía y las empresas públicas que Perón creó.

Algunos que se dicen "peronistas", hace más de 30 años que están callados y que no le hicieron juicio político ni a Meném, ni a Duhalde ni a ninguno de esos políticos que, encubridos en el justicialismo, gestionaban la pobreza y el estallido económico, junto con un poder económico mafioso y corrupto. ¿Hasta cuando vamos a ver las mismas caras que vemos hace 40 años en la dirigencia política? ¿Cuánto vamos a aguantar personas que quieren eternizarse en el poder? ¿No vamos a expulsar al traidor de Scioli del PJ?

El Pueblo esta muy cerca de volver a gritar "que se vayan todos", porque la dirigencia no ha brindado, hasta ahora, alguna señal que le permita a nuestros votantes y a todo el Pueblo, volver a confiar en la politica. El Pueblo esta cansado de pasarla mal, y lo único que hacemos, mientras tanto, es medirnosla, para ver quién la tiene más grande.

Esto lo escribo cansado, como hijo de la década de los 90, como ese pibe que acompañaba a su mamá y a su papá a los truques, a las reuniones del plan Jefas y Jefes, el que los mejores días los tuvo con Néstor y con Cristina.

DEJEMOS DE ESPERAR AL 2025, AL 2027. EL MOMENTO ES AHORA. ¡FUERA MILEI! ¡EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERÁ VENCIDO!